Primer acercamiento a la música:
Todos los miércoles el profesor de flauta dulce venía a casa. Después de almorzar con nosotros daba clases individuales a mis hermanos mayores. Me contaron que desde muy pequeña y sin demasiado permiso me introducía en el salón donde se realizaban las clases y quedaba observándoles con mucha atención. Por esa razón mis padres me dejaron comenzar con la flauta, antes de lo habitual en la familia, cuando todavía asistía a la escuela infantil.
A los siete años sumé el violín como instrumento principal, y me acompañó toda mi vida escolar y universitaria. El piano y el acordeón los estudié durante algunos años, aunque de modo menos intenso.
Cómo llegó el bandoneón a mi vida:
Fue por “Primavera porteña”, de Astor Piazzolla, que estaba estudiando en el acordeón. Yo ya bailaba tango y vivía en Holanda, cursando euritmia. Quien hoy es mi marido me preguntó un día, escuchándome tocar esa pieza, si no me gustaría hacerlo con el bandoneón. Y ahí viene lo increíble. Mi respuesta fue: ¿Qué es el bandoneón? Yo, alemana, tan alemana como el bandoneón, bailarina de tango, no sabía qué era el bandoneón. Parece que uno puede bailar tango sin prestar atención a ese sonido tan especial e inconfundible –lo que no se conoce no se puede reconocer– y en la cultura musical de Alemania hoy no se conoce generalmente el bandoneón, a menos de mantener una relación más profunda con el mundo del tango.
Me negué. En aquel momento no quería aprender bandoneón, tenía la sensación de que ya tocaba demasiados instrumentos. Tardé varios años en acercarme a él.
Al mudarnos a Argentina en 2006, mi marido me propuso tomar juntos clases con Rodolfo Mederos. Acepté.
Tras la primera clase percibí que había descubierto algo que me fascinaba y que no me dejaba más en paz. Le dediqué a lo largo de los años siguientes todo mi tiempo.
Mis actividades con el bandoneón:
* Durante siete años trabajé con el maestro Rodolfo Mederos, aprendiendo el instrumento y entrando poco a poco en el lenguaje musical del tango.
* Integré la orquesta del IUNA (Instituto Universitario Nacional de Arte), con la que participé como bandoneonista en la primera grabación que se realizó en la República Argentina de la “Misa a Buenos Aires”, del compositor Martín Palmieri, quien para aquella ocasión fue el pianista. Con la misma orquesta grabamos un CD de tangos, donde canta Susana Rinaldi y recita “Balada para un loco”, de Astor Piazzolla y el autor del texto, Horacio Ferrer.
* En 2008 conocí a la profesora Alicia Ardila, con quien presentamos en numerosas ocasiones el espectáculo “Borges y Bandoneón”, creado por nosotras.
* Con el actor y bailarín de tango Diego Álvaro pusimos en escena el cuento “Las puertas del cielo”, de Julio Cortázar.
– Grabé tres CDs. Dos de ellos con solos de bandoneón, el tercero compartido con otros músicos, cantantes y actores.
* Presenté durante varios años en diferentes lugares de Argentina y Europa solos de bandoneón, intercalado con textos y anécdotas sobre la historia del instrumento.
* Toqué durante una filmación de la televisión suiza en 2009.
* En una escena de la película argentina “¿Qué ves? Ecos de lo INVISIBLE”, de Sofía Vaccaro, toqué dúos de bandoneón con mi colega Mateo Terrile.
* En 2013 nos mudamos a Barcelona. Entré en la Coral Càrmina y participé durante 2013/2014 en la orquesta Latitud Tango, donde compartí fila de bandoneones con Gaspar Müller. Con él desarrollamos la idea de crear un grupo de tango, que hoy es el sexteto “el piropo”.
* En el mismo año participé también en la orquesta-escuela de Marsella.
* En mayo de 2014 formé parte del espectáculo “La rosa profunda”, en el marco de la semana de la poesía en el Ateneo Barcelonés.