Como estuve tan ocupada con los diversos instrumentos en mi infancia y juventud, nunca se me ocurrió cantar. Durante los estudios universitarios de formación docente elegí música como una de las materias. No solamente debía tocar un instrumento. También tuve que cantar, haciendo mis primeras experiencias. Terminados dichos estudios tomé algunas clases privadas con Susanne Pfitschler y Renata Parussel, con quien hoy sigo trabajando esporádicamente.
Ya viviendo en Argentina, le tomé el gusto y le dediqué mas tiempo. Estudié con los maestros Marta Blanco, Luis Gaeta y Patricia Gonzales. Participé en el grupo “opera joven”, dirigido por Marta Blanco.
En el año 2012 se autoconvocó un grupo de cantantes de distintos orígenes y formamos el coro “Río Carmenes”. Se buscaban distintas formas de hacer música, de trabajar juntos como coro. Ahí hice mis primeros pasos al preparar una obra nueva, dirigir ensayos, etc.
Llegados a Barcelona, me incorporé a la Coral Càrmina y tomé clases de canto con Cristina Sebastián y Raúl Giménez. En 2015 dirigí el coro de padres de alumnos del Liceo Francés. ¿Cómo trabajar con gente que nunca cantaron, que no saben leer música? ¡Una hermosa experiencia!
En el mismo año armamos con mi marido y algunas compañeras del coro “el corito”, hoy un grupo de ocho cantantes que se reúnen una vez por semana para estudiar juntos obras, desde el Barroco hasta músicas de película, a la búsqueda de llegar a un entendimiento tan profundo de cada una para poder cantarla sin necesidad de un director, conociéndola casi de memoria.
Durante estos años he descubierto que el canto y cantar juntos en grupos pequeños constituye una experiencia casi espiritual que une a la gente de una forma muy particular, parecida a lo que conozco del trabajo en la euritmia.
Rio Cármenes, Buenos Aires, 2012
Almut Wellmann 